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lunes, 18 de febrero de 2013

Sábado de Hipermercado

Empezaré dando un consejo: No vayáis nunca un sábado por la tarde a un hipermercado… Vaya, que ya lo sabíais, no? No… si está claro que la única que pecó de ignorante el sábado fui yo…
Bueno… pues entonces os daré otro consejo: No cojáis un carrito un sábado por la tarde en un Hipermercado al que no estáis acostumbrados y menos habléis por teléfono mientras intentáis no chocar con la masa de clientes… Vaya, que también los sabíais, no?

Siempre he dado gracias a Dios porque existe la diversidad en este mundo! Considerando que es una de las grandezas que lo hacen maravilloso. Nuestra sociedad se compone por millones de personas y cada uno de los miembros que forman esta masa, son personas independientes e individuales. Éstas eligen el modo de vida que quieren vivir y, solo necesitan tener el suficiente empuje para relacionarse.

Volviendo al tema... El sábado erré y fui a un hipermercado… Y mientras la ansiedad iba nutriéndose en mis entrañas, extrañamente me sentí afortunada y acabé sonriendo.
Lo que acontece en ese gran espacio comercial es  maravilloso.

Podemos divisar a la madre soltera con su hij@ dando guerra desde el carrito, la pareja que se encuentran en la dulce espera de su retoño, el grupo de jóvenes que organizan una fiesta, la familia entera que acude en manada (cada uno de los cuales tiene el privilegio de poder escoger el producto estrella), el hijo que acompaña a sus padres mayores, a los amigotes que solo piensan en el fútbol de esta noche, algún padre que ha decidido salir de casa porque ya no aguanta más, aquella persona que disfruta de hacer la compra, el que va vestido en chándal, la que se ha puesto de punta en blanco para ir al Hipermercado, aquellos que se han olvidado la lista y no recuerdan exactamente lo qué tienen que comprar… Carros a rebosar que traen sorpresas a la hora de pagar, grandes compras que al final se han quedado en una compra admitida en “caja rápida”. Y mil situaciones más que faltan por descubrir!
Todos y cada uno de ellos, son parte de la masa. Pero esta masa, comparte un lugar y una situación en el mismo instante. A la hora de hacer la compra se toman decisiones cruciales (el producto A no está… me gustará el B?; C es más bárato que D, probemos C!...), nacen competiciones (para ver en qué caja será más rápido pagar, conseguir la última unidad de un producto…), se producen encuentros fortuitos entre conocidos, amigos o familiares… Una gran fuente de actividades se llevan a cabo.

También se aprecian todo tipo de personas, todo tipo de agrupaciones, todo tipo de religiones, todo tipo de compras, todo tipo de interacciones… En definitiva, se aprecia cuán diversa es nuestra sociedad y cuánto ha evolucionado. Y, al fin y al cabo, nace ese sentimiento de orgullo por ser parte de la masa.


Por tanto, os invito a qué, un sábado que no tengáis que hacer la compra, un sábado en el cual estéis aburridos, un sábado que estéis receptivos y sintáis curiosidad por ver la vida de otro color… vayáis a un Hipermercado y, simple y llanamente, disfrutéis de la fauna que nos compone. Deteneros y observad.

jueves, 14 de febrero de 2013

Crecer, evolucionar o perder?

El otro día, mi prima mayor de 12 años me sorprendió diciendo: “Ja sabia que remugaries i donaries creu” (Traducción literal: Ya sabia que te pondrías pesada y me darías la lata). Lo peor de todo, es que sus palabras me dolieron como puñales. Ella había venido a comer a mi casa y yo la mandé a peinarse el pelo. Aceptando a regañadientes, volvió con tan solo los laterales peinados. Entonces le dije: “Puede que tu no te veas el cogote pero el resto de mortales, sí. Péinate, por favor!”. Cuántas veces me habré quejado de mi madre por obligarme a peinarme cuando a mí no me daba la gana?

Por lo visto, he crecido o he adoptado el "chip de mayor", que tanto he odiado y del que tanto me he quejado. Desde hace ya un tiempo, me sorprendo a mí misma teniendo detalles insólitos. Véase querer dejarlo todo impoluto y ordenado, no improvisar planes durante semana (y lo que es peor: no trasnochar un martes cualquiera!!), intentar ahorrar comprando productos de marca blanca (todo sea para intentar ahorrar…), ser adicta al deporte (desear que llegue el día de ir a jugar a padel o encontrar aunque sea tan solo media hora para ir a la clase de spinning), ir a tomar un café teniendo en cuenta el reloj…

Y es que durante los últimos meses, mi vida ha dado un vuelto de 180º. Estoy a dieta, “he tancat es barram” (traducción: me he cosido la boca),mentalizándome hasta el punto de que mis antojos son verduras y platos “bajos en calorías” y que todo adopte un nuevo sabor en el paladar. Vuelvo a vivir en la isla de la calma y disfruto de ello, muchísimo. Es un placer poder disfrutar un domingo cualquiera aquí. Despertarse a una hora decente (sí, sí, un domingo despertarme a las 11 motu proprio es verdaderamente insólito en mi persona…) y perderte por cualquier rincón (porque OJO: Mallorca es mucho más que sol y playa, y quien no se lo crea, le invito a que lo experimente). Dejar de de vivir sola para vivir con mi abuela. Y, aunque a priori, pueda parecer una amargura, os invito a que conozcáis a “Wendyblu”: es un verdadero placer vivir con ella y la única que causa discusiones de parejas es la que está tecleando ahora mismo. Otro de los aspectos a destacar es poder pasar una tarde con mis primas paseando por Palma o intentarles contagiar alguna de mis pasiones (aunque no sé si surge efecto esto último...), los domingos en familia en los que solo se disfruta de comer para ponernos al día de todo pero de lo que más disfruto es, sobre todo, de su compañía. 
Lo que verdaderamente ha cambiado en mi vida, muy a mi pesar, es haber saltado al mundo laboral... con todo lo que eso conlleva! Pasar 8 horas delante de un ordenador, apreciar la intensidad de los rayos solares sin la posibilidad de disfrutar de ellos, compartir tus todas tus emociones con un ordenador (alegría-tristeza-angustia-emoción-...), aguantar el tipo ante todo porque el postureo es muy importante y además… esto no es un colegio o la universidad donde puedes escaparte de una clase para irte a tomar un café en el bar y jugar a cartas! 
Es ahí dónde todo cobra sentido... Donde nace la importancia de: irse a dormir pronto, del coste que supone ganarse el sueldo, de ser responsable... De ahí que todos los consejos que tus padres, tu familia, tus profesores y todo aquel que ha querido perder un instante para formarte, cobran el valor que se merecen. Porque llega un día, en el que no sabes exactamente cómo, eres tú misma la que pronuncias esas frases, la que adoptas esas actitudes y la que se libra esa lucha interna por no dejar de ser quién eres.

Crecemos, evolucionamos o perdemos?


Yo apuesto por un evolucionamos, creciendo, sin perdernos. Porque me atrevo a decir que no pierdo mi esencia. Sigo siendo la misma alocada que disfruta de las fiestas y los eventos sociales  y puede que el día menos pensado os sorprenda con una locura “Made in Pilu”, tan solo debes estar atento.