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jueves, 27 de septiembre de 2012

Días lluviosos


Beber la primera taza de té, sacar una chaqueta, ponerse zapatos cerrados y vernos obligados a utilizar el paraguas… son los primeros síntomas de que ya está aquí. Tanto si te gusta como si no, no tienes otra opción que resignarte. Los días cada vez son más oscuros. No lo dudes, el otoño está aquí. ¡Qué placer el poder saborear las 4 estaciones del año!

Y ahora afincada temporalmente en Mallorca, me doy cuenta de cuán diferente puedo vivir los días de lluvia en las diferentes ciudades que he habitado.


Llueve en Barcelona, sinónimo de stress. Esperemos que te haya pillado antes de salir de casa para que hayas podido prepararte para afrontar el día lluvioso. Pero no te preocupes que en caso contrario, al caer la primera gota de lluvia ya están instalados en todas las bocas de metro los vendedores ambulantes con un surtido inmenso de paraguas a unos precios muy asequibles. También hay que tener en cuenta que se vive en dimensiones diferentes: a pie de calle y la subterránea. Un día de lluvia en Barcelona es realmente agotador.

Llueve en Magdeburg, tormenta a la alemana. Prepara los cinco sentidos: vas a ser testigo de una gran actuación protagonizada por la orquesta de la Naturaleza. Espectáculo de color, de intensa lluvia y de relámpagos que dividen el cielo. Y si tienes suerte y no hace frío, podrás bailar y saltar debajo del agua. Una auténtica gozada.

Llueve en Mallorca, comodidades al alcance de la mano. Simplemente hay que conducir con cuidado, llevar el paraguas enorme en el coche y hacer acrobacias para no empaparse por los grandes charcos de agua. Y empezar a pensar en planes que no supongan mar y playa.


¿Grandes diferencias? Al fin y al cabo, siempre encuentras un refugio donde protegerte de la lluvia. Aunque pensándolo mejor… ¿seguro que queremos refugiarnos?