Cuando
compré mi billete a París, jamás me hubiera imaginado la situación que ha
acontecido. Mi intención era pasar un fin de semana increíble con mi amiga
Myriam, que vive en París y conocer de su mano los recovecos mágicos que guarda
esta ciudad en su interior.
Ayer, 13
de noviembre de 2015, aterricé en París Orly por la mañana. Cuando me dirigía a
nuesto encuentro en tren (el RER parisino) ya transcurrió la primera situación
extraña que viví ayer.
Después
de coger el Orly Val hasta Antony, me dirigía hasta Vincennes pero tenía que
hacer transbordo en la estación Chatêlet Les Halles (la cual se puede comparar
con las estaciones de Atocha en Madrid o Sants en Barcelona). De repente, en la
estación de Denfert Rochereau (a tres paradas de Châtelet Les Halles), el
conductor del tren indica por megafonía en francés que nos bajemos del tren que
no va a seguir su recorrido. Ignorante del idioma francés, salgo de las últimas
del vagón siguiendo a la multitud pero, sin comprender absolutamente nada por
ser la primera vez que me sucede (a pesar de haber viajado en transporte
público en varias ciudades europeas con cotidianidad) espero hasta poder hablar
con una funcionaria de la RATP. En inglés consigue explicarme que alguien se ha
olvidado una bolsa sospechosa en la estación y que por ese motivo el tren no
continuará con su itinerario hasta que la policia confirme que el contenido es
inofensivo. En este instante, consideró un tanto exagerado el incidente. Me río
para mis adentros porque lo califiqué de pintoresco. ¿Cómo podía ser que en
París paralizaran el transporte público por una maleta? ¿Los franceses?
Imposible.
Estaba
siendo completamente ignorante. Desconocía la realidad.
De
manera que, salí de la estación, me quedé fuera pensando la manera de cómo
podía llegar a mi destino y entré en el Hall de la Estación para preguntar las
posibles alternativas. Fue entonces cuando me indicaron que se había
reestablecido el servicio y que podría volver a coger el tren sin modificar mi
ruta. Así lo hice. Cuando estaba esperando que el tren emprendiera de nuevo su
viaje, la policia empezó a cachear a dos adolescentes con rasgos árabes que
paseaban por allí. Les registraron el móvil. Me llamó de nuevo la atención este
hecho.
Tres
paradas más adelante, hice el transbordo en la estación de Châtelet-Les Halles.
Si de algo te das cuenta cuando pisas el transporte público parisino es que la
ciudad se nutre de inmigrantes de todo el mundo. Su abanico es variopinto.Así
que allí estaba yo, observando a la gente y esperando el próximo metro. Debo
admitir que aunque consideré absurda lo experimentado minutos antes, ya me
hallaba en estado de incomodidad. Llamemosle contradicciones entre una
corazonada y la razón.
Cuando
me encontré con mi amiga Myriam, lo primero que le conté fue lo que acababa de
vivir. Al comentarlo, estábamos con un compañero suyo marroquí que lleva
viviendo en la ciudad desde el 2007. Entonces comprendí un detalle importante.
Él que tiene un puesto de trabajo relevante en la central de una pequeña cadena
hotelera, se ha visto expuesto en varias ocasiones al cacheo de la policia
francesa por considerarlo sospechoso. Le ha sucedido en 4 ocasiones, si mal no
creo recordar.
Entonces
entendí que París vive con un miedo constante. Personas honradas que vienen a
labrarse un futuro mejor que a raíz de unos desalmados les hace vivir en
peligro constante a los inocentes. Infierno diario vivido por todos aquellos
que tienen la tez morena o rasgos no "afrancesados", sospechosos de
terrorismo.
Continuaba
pecando de ingenua, porque lo peor, aún estaba por llegar.
Doy
gracias a que Myriam y yo teníamos que ponernos al día y pasamos toda la tarde
en su casa. Nos cercioramos de que se nos había hecho tarde, habíamos quedado
con sus amigos para reunirnos en un local del distrito 10 de París. Cuando
llegamos a la estación para dirigirnos al centro, volvió a suceder algo
extraño. Eran las 20.30 y todos los trenes estaban parados, no había servicio.
Finalmente, cogimos el tren a las 21.03, cuando normalmente el tren pasa cada
10 minutos. En la estación de Châtelet-les Halles, el tren ni tan siquiera
paró. La estación que conecta a todos los trenes de la Ille de France, estaban
compeltamente vacía. No se nos notificó en ningún momento el motivo. Tan solo
divisamos algún miembrod de la Policia.
Myriam y
yo teníamos un mal presentimiento pero ambas nos callamos sin compartirlo entre
nosotras.
Cuando
llegamos a Le Fantôme (el bar en el que nos reuníamos) todo seguía el curso
normal de la vida social. Hasta que, de repente, se bajaron las persianas del
local a eso de las 22.30. Un hecho que me pareció sumamente extraño puesto que
no tenía sentido ya que no parecía que el local fuera a cerrar inminentemente.
Cuando fuimos a hablar con la camarera, ésta nos informó que había habido un
ataque en París.
Inmediatamente,
solicité la contraseña del Wifi para poder conectar mi móvil, intentar
averiguar qué había pasado y conectar con mi familia y amigos para comunicar
que estaba bien, que no se preocuparan por mí.
Myriam y
yo estábamos conmocionadas. Ella me pedía perdón. Le duele en el alma que
durante mi estancia en la ciudad que la acoge, haya sucedido esto. Le duele
como francesa que es y como humano que sufre ante tales desgracias.
Escribí
a mi familia y amigos. Aproveché para publicar en Facebook y Twitter que me
encontraba bien así como también para condenar lo sucedido. En el momento que
yo me enteré, se hablaba de, al menos 18 muertos. 18 muertos, una cifra que me
escandalizó. Nuevamente, seguía siendo ingenua.
Entonces
decidimos que debíamos irnos a casa. Mi móvil ardía y el de Myriam aún más.
Ella consideró oportuno desplazarnos en transporte privado, de manera que,
intentó localizar un taxi o un uber. Fue imposible. París estaba colapsado.
Finalmente, decidimos coger el tren para llegar a casa. Mientras esperábamos
que llegara, la gente nos escribía para informarnos. No éramos capaces de
entender la magnitidud del desastre. Nos llegaban ráfagas de noticias que
íbamos digiriendo mientras estábamos de camino a casa. Manteníamos la calma.
Sin darnos cuenta, nos cogimos la mano mientras caminábamos para protegernos.
Myriam no daba a basto para contestar a las personas que le escribían. Nos ofrecieron
hosperdarnos en el hotel dónde ella trabaja. La gente de París creó un Trending
Toppic dónde se abrían las puertas de sus casas para todas aquellas personas
que no se sintieran a salvo #PortOuverte (Puertas Abiertas).
En la
estación se empezaron a divisar personas que llevaban la bandera francesa que
venían del Estadio. Todos guardaban silencio, entre ellos no se hablaban. Tan
solo anhelaban volver a casa y sentirse seguros. Puesto que las calles de
París, no lo estaban siendo.
A pesar
de ello, la gente parecía estar tranquila.
Llegados
a un determinado punto, decidimos no mirar más el móvil, detener la fuente de
inforamción, era mejor no entenderlo todo. Mantener la calma que hasta ese
momento habíamos tenido. Y nos pusimos a cantar las dos, canciones que
supiéramos las dos para distraernos. El chico que se sentaba delante de
nosotras nos miró y yo le dije textualmente: "Canto para no llorar".
Él me miró, lo entendió y trazó una sonrisa.
En París
sólo se oían sirenas, a intervalos. Cuando llegamos a casa, también oíamos
sirenas. Encendimos la televisión, empezamos a empaparnos con toda la
información que pudimos. Noticias francesas, periódicos españoles, facebook,
twitter...
Nosotras
estábamos tan solo a 20 minutos de la sala Bataclan. Mítica sala de conciertos
que se asimila a la sala Apolo de Barcelona, un antiguo teatro adaptado para
conciertos y fiestas. El grupo que tocaba desconocido para mí. Posiblemente, si
hubiera sido un grupo conocido por alguna de las dos, nos hubiéramos podido plantear ir al concierto.
Myriam
tenía planeado que fuéramos el domingo a comer a "La Petit Cambodge".
Ayer por la noche, mataron a personas a punta de disparo, allí.
Fue una
simple cuestión de suerte que no estuviéramos allí.
Condeno
rotundamente los atentados sucedidos ayer en París. Desalmados aquellos que
atentan contra quienes no tienen manera de defenderse, contra inocentes.
Defiendo la libertad de expresión y los derechos humanos. Maldigo todo aquel
que por ideología religiosa, política o del caracter que fuere, se toma la ley
de la vida por su cuenta.
Yo estoy
en París, yo no tengo miedo y yo voy a salir de la calle hoy. Voy a intentar ser útil de la manera que pueda. Me siento segura en
París. Me siento orgullosa de que el mundo entero se solidarice con la capital
de Francia.
Escribo
esto en señal de protesta. Sigo conmocionada, he dormido en tensión.
Agradezco
a las redes sociales la posibilidad que me dan de comunicación. Y a todas
aquellas personas, que a pesar de que no tenga contacto diario con ellas, se
han preocupado por escribirnos tanto a Myriam, a mí y a todo aquel que se halla
en París, para preguntarnos cómo estamos. Todo aquel que me haya tenido en su
mente, se lo agradezco.
Los
humanos podemos juntos crear un mundo mejor. Encontremos soluciones.
París
vive en amenaza constante, ¿por qué hay que llegar a estas muertes para ser
conscientes del riesgo y actuar? Si ayer a las 11 de la mañana ya había trenes
parados, ¿por qué sucedió esto por la noche?
Tengo
muchas preguntas, intentó utilizar la lógica, tener sangre fría para no
derrumbarme. No puedo evitar llorar.
Me siento tranquila. Y me conforta el saber de que al menos Myriam no está sola en París durante estos hechos. Que nos alentamos la una a la otra y éso nos hace más fuertes. Gracias Myriam por tu bondad y tu bondad.
Consiguieron que París se vaciara por completo un viernes por la noche. Consiguieron aterrorizar a todo el mundo.
Para
finalizar, Myriam ha traducido el comunicado de DAECH, el Estado Islámico, que
a continuación voy a transcribir.
Si lo
lees con suma atención, estremece.
"Comunicado sobre el ataque bendito de París contra la Francia
cruzada" por Daech.
En nombre de Allah, el todo misericordio, el muy misericordioso.
Allah, EL MUY ALTO ha dicho (extracto del Corán): Y pensaban que en realidad
sus fortalezas les defenderían contra Allah. Pero Allah ha venido a ellos por
dónde menos se esperaban y ha lanzado el terror en sus corazones. Destrozaban
sus casas con sus propias manos, al igual que las manos de los creyentes. Sacad
una lección de esto. Oh vosotros que tan dotados sois en clarividencia. -
Soürat, 59 versículo 2.
En un ataque bendecido en el que Allah ha facilitado las causas, un
grupo de creyentes de soldados del califato a los que Allah ha dado poder y
victoria, ha tomado como diana la capital de las abominaciones y las
perversiones, la que lleva como bandera la cruz en Europa, París.
Un grupo, habiendo divorciado su vida de aquí abajo, se ha avanzado
hacia sus enemigos, buscando la muerte en el sendero de Allah. Socorriendo a su
religión, a su profeta y a sus aliados. Y queriendo humillar a sus enemigos.
Han sido fieles con Allah. Y los consideramos como tal. Allah ha conquistado
por sus manos (de los fieles) y ha arrojado el miedo en el corazón de los
cruzados en su propia tierra. Ocho hermanos llevando cinturas de explosivos y
armas de asalto, han tomado como objetivo lugares elegidos minuciosamente por
adelantado, en el corazón de la capital francesa, le Stade de France, durante
el partido de dos países cruzados, Francia y Alemania, al cual asistía el
imbécil de Francia, François Hollande. Le Bataclan dónde estaban reunidos
centenas de idólatras en una fiesta de perversión así como otros objetivos en
el 10º, 11º y 18º distrito de París y esto, simultáneamente.
París ha temblado bajo sus pies y sus calles se han convertido en demasiado
estrechas para ellos. El balance de estos ataques es de por lo menos 200
cruzados muertos y todavía más heridos. Los elegidos y los méritos pertenecen a
Allah.
Allah ha ayudado a nuestros hermanos y les ha acordado lo que
esperaban (el martirio), y han detonado sus cinturones explosivos en medio de
estos incrédulos. Después de haber agotado sus municiones. Que Allah los acepte
entre sus mártires y nos permita reunirnos con ellos.
Y Francia y los que siguen su camino deben saber que siguen siendo
los principales objetivos del Estado Islámico. Que seguirán sintiendo el olor
de la muerte por haber tomado la cabeza de la cruzada, haberse atrevido a
insultar a nuestro Profeta, haberse sentido orgullosos de combatir el Islam en
Francia y golpear a los musulmanes en Tierra del Califato con sus aviones que
no les han servido de nada en sus apestosas calles de París. Este ataque es
sólo el principio de la tormenta y un aviso para los que quieran meditar y
sacar una lección.
Allah es el más grande.
Porque es Allah quien tiene el Poder, así como su MENSAJERO y sus
creyentes; pero los hipócritas no lo saben -
Soürat, 59 versículo 8"
El mundo
entero no se merece este odio.
Respeto
por las víctimas, respeto por París, respeto por las familias y respeto por
todos aquellos que creen en Dios se llame Yaveh, se llame Allah o se llame Zeus
que no creen que la violencia sea una forma de expresión, de actuación.
¿Vivimos en un mundo libre o somos esclavos de
nuestras palabras?
JE SUIS PARIS. STOP TERRORISM. AFORTUNADA DE AFIRMAR QUE ESTOY
VIVA.