La primera vez supone
encontrarse en el abismo pero también una inyección de adrenalina. Cuando se
empiezan a escribir las líneas de una nueva relación de pareja, el primer “Te
quiero” supone un capítulo entero del libro. Desnudarse emocionalmente delante
del otro, expresar con dos simples palabras lo que grita el cuerpo. Por eso es
tan difícil. Sobre todo, al no saber la reacción que se obtendrá. La reacción
puede suponer la continuación o el final del libro. Tampoco olvidemos la
comidilla que surgirá que en el círculo de amistades, la pronunciación de la
frase culminante.
Una vez, todo encaja.
Él la quiere y ella le quiere, maravilloso. Entonces la cantidad de “Te
quieros” que se entonarán vía verbal, escrita y corporal serán sucesivas.
Porque el amor, en eso consiste, en la expresión del sentimiento máximo.
Por qué con nuestra
pareja somos capaces de expresar en tantas ocasiones distintas el amor que
sentimos y no también hacía el resto de personas que queremos? Por qué no somos
cariñosos con todos aquellos que nos apoyan y comparten el día a día con
nosotros? Por qué no demostramos un poco más cuánto valoramos a las personas?
Por qué nos protegemos tanto del cariño?