Nadie nunca dijo que las despedidas fueran fáciles. Despedirse de
una persona, es muy duro. Hoy me despido de Barcelona, de amigos, de hábitos y
rutinas… en definitiva, me despido de una parte de mí misma.
Durante bastante tiempo he estado ignorando que llegara este día. Simplemente he ido caminando sin pensar, pero hoy, me veo obligada a sentarme a pensar.
Durante bastante tiempo he estado ignorando que llegara este día. Simplemente he ido caminando sin pensar, pero hoy, me veo obligada a sentarme a pensar.
Vaciar una habitación con cada uno de sus recuerdos. Realizar por
última vez un camino diario. Cruzarte con personas que formaban parte de tu día
a día y que ahora ya no estarán allí. Cada objeto, una memoria. Cada memoria,
una sensación.
Decir adiós a mis paseos por Barcelona. Descubriendo, sin
buscarlo, rincones mágicos. Disfrutar de la música de mi ipod mientras voy a la
universidad. Estresarme y caminar Diagonal abajo. Encontrar una pieza de Gaudí
perdida en la nada. Conocer gente que te hace ser consciente de cuán variado es
el mundo. Coger un tren para ir a Granollers. Otro para ir a Sitges. No saber
nunca que te depara el mañana. Saber perfectamente donde ir de compras. No
saber cómo pero acabar metida en una fiesta…
Despedirme de una parte de mí misma. Eso es.
Una forma de pensar, un trozo de mi libertad.
Incluso después de cuatro años, Barcelona continúa
sorprendiéndome. Siempre tiene algo esperándote para hacerte vibrar.
Cometer errores suele ser típico en mí. Como siempre, una persona
no es capaz de valorar lo que tiene hasta que lo pierde. No he sido capaz de
querer a Barcelona como se merecía. Más que ahora me doy cuenta de cuanto me ha
proporcionado. Cuan feliz he sido y cuanto he crecido.
Barcelona, una parte de mí siempre vivirá contigo.
Cerrar etapas nos hace crecer. Puede que, de hecho, nos obligue a
crecer.
Aún recuerdo cuando un día de marzo de 2007 visité Barcelona con
mis padres para encontrar un sitio donde vivir. En mi mente, guardo cada
pequeño detalle. Cuan perdida estaba en esa inmensa Barcelona. Como empecé a
moverme por la ciudad con un mapa grandioso en mi bolso siempre.
Y es que toda experiencia no hubiera sido posible sin mis padres.
Sin todo el esfuerzo que han realizado para que yo pudiera estudiar lo que
siempre quise. Creo que solo soy consciente de una pequeña parte; porque ellos
han luchado muchísimo por mí. Demasiado.
Por eso, sé que aunque me duele en el alma irme, lo hago como
mejor puedo. Pensando en el futuro. Pensando en lo que me queda por delante. Y
para poder devolver a mis padres, todo lo que un día me han dado. Y hacer que
se sientas orgullosos por todo lo que han luchado.
Y muchas gracias a todos aquellos que se han cruzado en mi camino
y por formar parte de él. Ha sido un verdadero placer.
Barcelona, espérame porque volveré. No sé cuándo, no sé cómo pero…
¡volveré!
Y sí, me voy sin llaves.